Cuando caí al suelo, descubrí quién se acostaba a mí lado para entenderme y luego darme la mano para ayudarme a levantarme...
Si cada vez que me rompieron el corazón, aparecía esa persona que, mientras me ponía curitas, entre risas, me cagaba a pedos por no investigar bien el terreno.
Si todos y cada uno de los "para siempre" que me dijeron y me los tuve que guardar en el cajón de los recuerdos son los que me hacieron comprender que no hace falta ningún marco temporal para los sentimientos sanos y que hay personas que te hacen sentir poderosa sin acordarte del reloj.
Me vuelvo a tirar y dejo que me rompan el corazón mil veces más porque se que no voy a estar sola y perdida para volver a brillar.
Se que están mis amigos.
Porque aún viendo y conociendo mi alma totalmente desnuda, me aman, aceptan íntegra e incondionalmente.
Porque son ese lugarcito donde sé que no escondo nada.
Porque ellos me hicieron conocer y practicar la empatía de la forma más linda, al alegrarme tanto por sus logros hasta hacerlos propios.Porque mis alegrías son NUESTRAS.
Y porque, hoy, con ellos, siento que no creo que exista motivo tan grande como para caerme.
Y lo digo de verdad, con la intensidad que tengo, con la sinceridad y transparencia que me caracteriza: entre tanta mugre, gente que sólo LASTIMA y da lástima, que abandona, que no le importa un huevo como puede sentir el otro, gente que juega, que entra y que sale como si fuésemos puertas giratorias; entre tanta superficialidad, liviandad, inestabilidad, frialdad y fugacidad... Mis amigos son el lugar seguro, constante, calentito y atemporalmente eterno donde siempre puedo volver... aunque todo esté cambiando.
Los celebro siempre, desde hace tiempo...después de los golpes, caídas y errores, jamás me voy a cansar de decirles gracias por ser del club y que los amo.